Fronteras



Fronteras (Torremolinos 1999-Rivas 2009) 48x44x40cm.
Fronteras nos presenta de nuevo una dualidad de materiales muy contrastada. Sobre piedra caliza blanca, parte labrada, parte virgen, se levanta una estructura compuesta por dos fragmentos de circuitos electrónicos, remedo de paisajes urbanos, diminutos si los comparamos con el tamaño de los personajes. Estas pequeñas “naciones”, representativas de la Humanidad, se encuentran separadas por una especie de cortina metálica; un telón de acero que impide la comunicación entre los habitantes; pero dos figuras humanoides se yerguen por encima del obstáculo y se saludan afectuosamente, como en un intento de vuelta a los orígenes  “Hace mucho tiempo cuando el mundo sólo lo dividían las fronteras naturales, la civilización convivía en armonía con este planeta”.
La obra tiene una fuerte carga dramática, pero también un mensaje de esperanza. La base pétrea viene a ser como una “Madre Tierra” doliente, sobre cuyo dorso la humanidad ha ocupado todo el espacio destruyendo lo natural y ha creado barreras de incomunicación; volviendo a García Lorca podríamos decir:
  “La piedra es una fuente donde los sueños gimen
Sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
Con árboles de lágrimas y cintas y planetas”.
Pero nos queda la esperanza, la de esos espíritus grandes y generosos, representados aquí por la figuras verdes y estilizadas hasta la levitación, que desafían la opinión general y se proyectan por encima de fronteras y barreras mentales, por encima de injusticias y desmanes brutales, de exclusiones y violencias…; las denuncian y ofrecen su colaboración solidaria y su paz a donde quiera que estén.