La vida (Rivas-Vaciamadrid 2008) 35x20x11cm. |
Sobre una espiral de vidrio que nos transmite la sensación de fragilidad, pese a unos alambres que caprichosamente la envuelven a modo de designio; una figura de apariencia humana camina por ella en un penoso y difícil equilibrio; se dirige hacia el centro de la espiral, en busca del misterio que aloja en su interior.
La espiral por sí misma es un símbolo cósmico. Cirlot, en su Diccionario de Símbolos, dice de ella que es una “forma esquemática de la evolución del universo. Forma clásica con la que se simboliza la órbita de la luna. Forma de crecimiento relacionada con el número de oro… En el sistema jeroglífico egipcio, este signo… designa las formas cósmicas en movimiento; la relación entre unidad y multiplicidad”.