Líderes, (Torremolinos 1997-Rivas 2010) 110x37x37cm. |
Chevalier y Gheerbrant, en su Diccionario de símbolos, nos revelan que civilizaciones de todos los continentes hallan en el caracol un símbolo lunar: “Indica la regeneración periódica; el caracol muestra y esconde sus cuernos así como la luna aparece y desaparece; muerte y renacimiento, tema del perpetuo retorno. Significa también la fertilidad: la espiral ligada a las fases de la luna, y el desarrollo del cuerno… La forma helicoidal del caracol terrestre o marino constituye un glifo universal de la temporalidad, de la permanencia del ser a través de las fluctuaciones del cambio”.
En síntesis, vida, muerte; fecundidad y evolución natural, pero ¿no estamos los humanos interfiriendo gravemente en ese proceso?
Ese conjunto de partida ha complementado su expresividad, con otro material, el metal, que forma una figura humana de alambre entrelazado, cuya cabeza es un cascabel, sentada en actitud pensativa. Es otro “Pensador” que nos llama a la reflexión sobre los problemas de la naturaleza y al dolor de verla tan frecuentemente agredida.