Tuerca somos y en llave nos...



Tuerca somos y en llave nos... (Rivas 2009) 38x32x28cm.
Hierro puro y duro; acero en forma de instrumento eficaz diseñado para ejercer y soportar fuerzas extremas, contrapuesto, con su hiriente y nítida geometría, a las formas más orgánicas del cuerpo del portador y a la caprichosa disposición de la pletina en la que apoya su espalda, retorcida aquella en un arabesco que se remueve en las tres dimensiones del espacio visible.
El óxido de todos los elementos, además de enriquecer las texturas y unificar el cromatismo como si se tratara de una antigua fotografía en sepia, vuelve a enfrentarnos a la noción de tránsito; de discurrir del tiempo, y a la de abandono: “Memento homo, quia pulvis eris, et in pulverem reverteris” (Recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás).
 El nombre de la obra encierra por sí mismo una llamada de atención: si somos tuerca nos manipulan, seremos el elemento pasivo que soporta el peso más oneroso de este mundo cargado de desigualdades; convirtámonos en llave, pero no para manejar a otras tuercas, sino para ser autónomos y ayudar a construir otro mundo mejor.